Comentario
La política exterior y colonial española en el período isabelino gira en Europa en torno a los problemas derivados de la política interior y la relación con Portugal tendente a crear lazos especiales que deriven en la unidad ibérica.
Respecto a los primeros, los principales son las consecuencias de la guerra carlista (1833-39), por la necesidad de buscar apoyos internacionales tanto políticos como económicos, y la ruptura con la Santa Sede de algunos gobiernos liberales de los años treinta, provocada por una cadena de hechos entre los que destacan la exclaustración y la desamortización, así como la intromisión en la administración eclesiástica sin que sea ajena la actitud de muchos eclesiásticos en apoyo al carlismo. Pacificado el país y con predominio de gobiernos liberales moderados, se intentarán reconstruir las relaciones con Roma a través de un Concordato.
Las relaciones con Portugal serán, por una parte, de interferencias en la política interna de ambos países con dificultades semejantes en la implantación del liberalismo emanadas de tensiones entre fuerzas muy parecidas carlistas (miguelistas) frente al liberalismo moderado o progresista (cartistas) que, a su vez, se enfrentan entre sí y cuentan con mayor o menor apoyo de sus colegas transfronterizos. Una corriente de nacionalismo aglutinador como la italiana o alemana, común a buena parte de los liberales, será la de unidad hispano portuguesa en una Iberia fuerte. El iberismo será una doctrina recurrente a lo largo de buena parte del siglo XIX.
En otros continentes, había que atender los territorios y las áreas de influencia de los restos del antiguo imperio colonial. La intención española es mantener lo que quedaba, basándose en el equilibrio entre las potencias europeas y Estados Unidos. Por otra parte, en el periodo de Unión Liberal tendrán lugar varias acciones bélicas exteriores que se acometen con doble fin: Recuperar el prestigio internacional que tuvo España hasta el siglo XVIII y crear en la ciudadanía un enemigo externo que desvíe la atención de la política interior. Las expediciones a Cochinchina y a México, la vuelta temporal al dominio de Santo Domingo y, sobre todo, la guerra de África , cumplen parcialmente el segundo objetivo indicado anteriormente. Todas estas acciones tienen lugar en las áreas de influencia colonial española.